Desde Oriente Medio viene el fragmento de hoy. (Están calientes, y quiero verles disfrutar, personalmente!) <= Frase de Moe cuando monta el restaurante ^ ^
#6 Los soldados, dirigentemente comenzaron a vestirse con el uniforme de campaña de los Rangers, que constaba de un casco, pantalones, botas de tela apropiadas para el desierto, camiseta interior, guerrera, chaleco antibalas, guantes, gafas antifragmento y protecciones para las articulaciones, como rodilleras, coderas y tobilleras. El sargento lucía un brillante as de picas blanco a ambos lados del casco. Una vez a punto, partieron con dirección al campo de tiro, pero antes deberían pasar por la armería para recoger sus correspondientes armas. Los hombres salieron del barracón a paso ligero; mientras andaban, “Dieter”, el francotirador, preguntó de forma retórica: - A todo esto, ¿dónde se ha metido mi observador? - ¿Webber? – Sugirió Mike. - Sí, hoy creo que no le he visto. - Pues ha estado en los entrenamientos, con total seguridad, es más, entablamos conversación durante la marcha. - ¡Maldita sea, desaparece incluso cuando no tiene que hacerlo! – Replicó un poco alterado. - Seguramente sea porque estar mucho tiempo a tu lado termine afectando. – Añadió el cabo palmeando amistosamente la espalda del tirador.
Cuando se dieron cuenta, se hallaban en la puerta de la armería y a punto de cruzar la puerta de ésta. Vladimir abrió la puerta respetuosamente con la intención de dejar pasar a sus compañeros al interior del edificio. Al abrirse la puerta, la habitación se iluminó parcialmente a la vez que entraban los hombres. Tras un mostrador, el cual poseía una rejilla metálica que llegaba hasta el techo, se encontraba una chica morena de ojos verdes y de pelo largo, aunque recogido en ese momento. Instantes antes de que e abriera la puerta se hallaba leyendo una revista, intentado paliar el aburrimiento. - ¡¿Qué hay, Sarah?! Buenas tardes. – Saludó el sargento de forma amable. Uno a uno fueron saludando de igual forma a la soldado. La mujer se levantó de la silla como una exhalación y se cuadró ante el sargento, éste quitó importancia a su actuación. - No hacen falta tantas formalidades, aquí ya nos conocemos. - ¡Gracias, señor! – Comentó la chica agradecida. - ¡Hey!, ¿porqué a mí nunca me has dicho eso, Mike? – Preguntó Jackson con tono irónico. - Jackson, me sacas dos cabezas, ya eres mayorcito. - Pero yo soy el mejor tío de toda la compañía. – Dijo el cabo apoyándose en el mostrador. - ¡Seguro que sí! – Comentó Sarah con una sonrisa y con afán de agradar. – Bueno, ¿en qué os puedo ayudar? - Verás, tenemos instrucción de tiro y necesitamos el instrumental, si nos hicieras el favor... – Dijo Mike. - Por supuesto, dejadme ver vuestras cadenas. – Refiriéndose a las chapas que colgaban del cuello de todos los soldados, en la cuales estaban grabados nombre y número de identificación de cada soldado; mediante los cuales se les suministraba sus correspondientes armas y munición. Cada uno fue descolgando de su cuello las cadenas y las posaron en el mostrador. Del grupo de cuatro cadenas amontonadas, la chica cogió una al azar y la leyó. - Seis cinco cuatro uno, Jackson, M249 SAW, tres cargadores, Beretta y cuatro cargadores; dijo mientras depositaba el armamento sobre el mostrador. - Genial, nena. – Respondió el cabo agradecido. Seguidamente tomó dos de los tres cargadores y los guardó en los bolsillos de su chaleco, el restante lo introdujo en la ametralladora. Repitió la tarea con los cargadores de la pistola, y ésta la guardó en su pistolera del muslo derecho. - Siguiente, a ver... uno uno nueve cero D, Mike Powell, fusil M4 M203, cinco cargadores y cuatro granadas de fusil. Como arma corta, Águila del Desierto y tres cargadores. - Gracias. – Agradeció retirando el material. - Ocho uno cuatro dos, alias “Dieter”. Rifle de francotirador R700, cinco cargadores. MP5A5 y cinco cargadores. Nos os preocupéis, ahora os devuelvo las cadenas. - Gracias y no te preocupes. Sin prisas. – El tirador tranquilizó a la chica. - Y por último, dos cinco cero cuatro, Vladimir; M4, cinco cargadores y Beretta junto con tres cargadores. Todo listo y en orden; aquí tenéis las chapas. – Dijo mientras deslizaba las identificaciones sobre el mostrador. - Pues nada, un placer, pero el deber nos llama. – Dijo Jackson despidiéndose, que aún se encontraba apoyado en el mostrador, con pose chulesca y cruzado de brazos. - Pasaremos por aquí dentro de un rato a dejar todo esto. – Aclaró el sargento. - Hasta dentro de un rato, entonces. – Sarah despidió a los soldados a medida que cruzaban la puerta de salida.
Sinceramente espero que os vaya gustando [L]
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¿Para qué quieres un gimnasio teniendo un mundo entero a tu disposición?
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